martes, 5 de enero de 2010

Tercera versión de Escarnio

Enviar textos a revistaescarnio@hotmail.com, para la tercera versión de Escarnio, pueden enviar mas de dos textos. (cuento, poesía, ensayo, aforismos, etc.) lo ideal es que el tema sea: la mujer y la literatura, en la medida de lo posible. Se agradecerá su colaboración con la entrega de revistas EscarniO

Los presos


84. Los presos.- "Una mañana los presos salieron al patio de trabajo; el carcelero estaba ausente. Unos, como tenían por costumbre, se dedicaron inmediatamente a trabajar, pero otros se quedaron sin hacer nada y miraban a su alrededor con aire provocador. Entonces uno de ellos salió de las filas y dijo a voces: ‘Trabajad si queréis, y si no queréis, no trabajéis: es igual. El carcelero ha descubierto vuestros manejos y os va a castigar terriblemente. Ya le conocéis; es duro y rencoroso. Pero escuchad lo que os voy a decir: no me conocéis; yo no soy lo que parezco. Yo soy el hijo del carcelero, y tengo un poder absoluto sobre él. Puedo salvaros, y voy a salvaros. Pero entendedlo bien, no salvaré más que a aquellos de vosotros que ‘crean’ que yo soy el hijo del carcelero. ¡Que los otros recojan el fruto de su incredulidad!" "Pues bien -dijo, tras una corta pausa, uno de los presos más maduros-: ¿qué importancia tiene para ti que creamos o que no creamos? Si eres verdaderamente el hijo del carcelero y puedes hacer lo que dices, intercede en nuestro favor y harás verdaderamente una buena obra; ¡pero deja esos discursos sobre la fe y la incredulidad!’ ‘Yo no creo nada -dijo uno de los jóvenes-. Ese hombre está loco. Yo os aseguro que dentro de ocho días estaremos aún aquí, el carcelero no sabe nada. Y si verdaderamente supo algo, ahora no sabe nada -exclamó el último de los presos, que en aquel momento acababa de bajar al patio-, pues ¡el carcelero acaba de morir de repente! "¡Bravo, bravo!– gritaron casi todos los presos a la ves-; ¿Con que tu eres hijo suyo? ¿Qué hay entonces de la herencia? ¿Es que somos ahora presos tuyos?" "ya se los he dicho- contestó dulcemente el aludido en medio de las burlas- ; daré la libertad a quien tenga fe en mi, y lo afirmo con tanta convicción como que mi padre vive todavía."Los presos ya no rieron; se encogieron de hombros y le dejaron solo.
Friedrich Nietzsche

Die unmögliche Tatsache-El hecho imposible

Die unmögliche Tatsache

Palmström, etwas schon an Jahren,
wird an einer Straßenbeuge
und von einem Kraftfahrzeuge
überfahren.

»Wie war« (spricht er, sich erhebend
und entschlossen weiterlebend)
»möglich, wie dies Unglück, ja-:
daß es überhaupt geschah?

Ist die Staatskunst anzuklagen
in bezug auf Kraftfahrwagen?
Gab die Polizeivorschrift
hier dem Fahrer freie Trift?

Oder war vielmehr verboten,
hier Lebendige zu Toten
umzuwandeln, - kurz und schlicht:
Durfte hier der Kutscher nicht -?«

Eingehüllt in feuchte Tücher,
prüft er die Gesetzesbücher
und ist alsobald im klaren:
Wagen durften dort nicht fahren!

Und er kommt zu dem Ergebnis:
»Nur ein Traum war das Erlebnis.
Weil«, so schließt er messerscharf,
»nicht sein kann, was nicht sein darf!«

Christian Morgenstern (1871-1914)

El hecho imposible

Palmario, en años ya un tanto avanzado,
En una encrucijada
Ha sido atropellado
Por un camión, de carga muy pesada.

"¿Cómo es posible-dice., y se incorpora
y prosigue viviendo, decidido-,
cómo es posible que esto haya ocurrido,
como quiera que sea, aquí y ahora?

¿Tiene la culpa la Constitución,
En cuanto que afectar pueda a un camión?
Los reglamentos de la Policía
¿daban al conductor libre la vía?

¿No está prohibido terminantemente
Aquí volver cadáver al viviente?
O, dicho aún mejor:
¿No es que aquí no debía el conductor…?".

Entre mojados lienzos todo envuelto
Examinan los códigos, resuelto,
Y pronto lo ve claro: En tal lugar
No deben los camiones circular.

Y llega así al siguiente parecer:
"Ha sido sólo un sueño este accidente,
Pues" – concluye tajante y contundente-
"lo que no debe ser no puede ser".

Christian Morgenstern
Traducción de José María Valverde

En lo alto y olvidado

Sólo recuerdos escalan ese olvido.
Mente mirando las veredas de viña
Cerró fantasma como su cruz pálida
El pueblo a ciegas, de pocas madrigueras.

Las venas, tus canales asesinados
Se borra el pasado por púas y cerdos
Gabriela, la única poeta en la plazuela
Ve cómo se muere la frente de Terpsícore

Ya viejas higueras nos hablan de dioses
Sin solo las luciérnagas soplan sonrisas
Menos mal que el poeta no las visita
Es la imagen de virgen creada de greda

Sólo recuerdos escalan el olvido.

Endimión (fragmento)


Una cosa bella es un goce eterno:
Su hermosura va creciendo
Y jamás caerá en la nada;
Antes conservará para nosotros
Un plácido retiro,
Un sueño lleno de dulces sueños,
La salud, un relajado alentar.
Así, cada mañana trenzamos una
Guirnalda de flores que nos ata a la tierra,
A pesar del desaliento, a la inhumana
Falta de naturalezas nobles,
A los días nublados,
A todos los caminos insanos y lóbregos
Abiertos a nuestra búsqueda:
Si, pese a todo, alguna bella forma
Alza el paño mortuorio
De nuestro espíritu ensombrecido.
Como el sol, la luna, los árboles ancianos y los nuevos
Tendiendo su sombra cálida sobre los rebaños;
Como también los narcisos
Y el universo verde en el que moran,
Y los claros arroyos que fluyendo
Frescos hacia el estío,
Y el claro en medio del bosque
Manchado de rosas silvestres;
Y así el sublime destino
Que imaginamos para los grandes muertos;
Todos los deliciosos cuentos que oímos o leímos:
Fuente eterna de una linfa inmortal
Que cae sobre nosotros desde la orilla del cielo.

Esta noche todo acabará

Esta noche todo acabará
Armémonos de diamantes
Con nuestra vestimenta gris
Invocaremos a los cuervos
Para pintar nuevas creaciones

Los martillos contra sus cráneos
Verdadera ignominia
Para los contentos y buenos
Los creadores del concepto

El sol se muere en el mar
Últimas páginas de problemas
Que el miedo se coma la vista
¡Nihilismo y violencia!

La oscuridad en los cuadros
Que empiece la limpieza
Olvidemos nuestros padres
Sólo acabemos la tempestad

Iglesias ensangrentadas
Silencio entre las calles
Algunas niñas de sauce
Lloran ríos y canales
Esta noche todo acabó
¿Ahora que nos queda?
Crear desde la soledad
Para esperar que amanezca.

Lirios de la roca

Despertad lirios míos
Dulce, dulce aurora
Al suspiro del navío
Lágrimas de ángel
Santo roció

Vengo de un profundo abismo
Y solo río, río
Un delirio absurdo y vacío
Soy yo el absurdo ángel
Llueve tarde amor mío


Espejo de plata, cristal de la fuente
Te abrazo y te veo
Y en tus ojos me miro
¡¡ Oscuridad maldita ¡¡
Lo que veo no es mió

Ser andrógino, radiante plateado
Frío, frío y vacío llanto
Radiante luna
Virginal ramera
Eterna tú esperas

Eternamente de ti yo me río
Eterno en ti es mí reflejo
En ti renazco y en ti fallezco
Con tú orgasmo y el mío
Como lirio florezco.

Trasmundo-Despedida

Si muero,
dejad el balcón abierto.

El niño come naranjas.
(Desde mi balcón lo veo).

El segador siega el trigo.
(Desde mi balcón lo siento).

¡Si muero,
dejad el balcón abierto!

Federico García Lorca

Vaca



A Luis Lacasa

Se tendió la vaca herida;
Árboles y arroyos trepaban por sus cuernos.
Su hocico sangraba en el cielo.

Su hocico de abejas
bajo el bigote lento de la baba.
Un alarido blanco puso en pie la mañana.

Las vacas muertas y las vivas,
rubor de luz o miel de establo,
balaban con los ojos entornados.

Que se enteren las raíces
y aquel niño que afila su navaja
de que ya se pueden comer la vaca.

Arriba palidecen
luces y yugulares.
Cuatro pezuñas tiemblan en el aire.

Que se entere la luna
y esa noche de rocas amarillas:
que ya se fue la vaca de ceniza.

Que ya se fue balando
por el derribo de los cielos yertos
donde meriendan muerte los borrachos.

Federico García Lorca


Nota: En el poema vaca el protagonista se adentra en el mundo más allá de la muerte, describiendo el momento en que este animal “se fue balando / por el derribo de los cielos yertos”. Esta intromisión en la vida de ultratumba es característica de estas creaciones, apareciendo en varias de ellas, como “cementerio judío”, donde su protagonista “se cortó las manos en silencio”, después de haber ocupado ya “su litera”, su correspondiente lugar en el cementerio.
Federico García Lorca, Poeta en Nueva York, Ediciones Cátedra (Sexta edición) 1994. Madrid España, Edición de María Clementa Millán.

Yo cuando te beso



A mi juventud enamorada

Yo cuando te beso
Siento en mi cuerpo
Sabor de tus ojos
Visión de tus labios

Yo cuando te beso
El sueño no es sueño
Al ver la bella flor
El idioma de poemas

Yo cuando te beso
Te abrazo bien fuerte
Para no escaparnos
Tú, que creas mi aire
Mi todo en el mundo

Yo cuando te beso
Sonrío cuando pienso
Eva tan tierna eres
¡Te amaré por siempre!

Yo cuando te beso
Soy cálido e irreal
Con el pene arriba
Te lo quiero instalar.


domingo, 3 de enero de 2010

Estación de los peces(1926)



Por seguir tu perfume sin atención de cuerda
De torre a torre el espectáculo cada minuto como oso menos pesado ni intruso
Aparentas la nube sentada con los ojos en el vacío
Detrás de tus ojos las murallas suspendidas con la voz
De flor abriéndose por cada estrella en el mejor movimiento del sonido suspenso
O como las espadas de pie debajo del agua con su hoja afuera
Rama cimbrándose en la boca de los túneles desde lejos
Frente tan sencilla de arena de ola con dos ruedas
Obscuras en la mancha de las palomas evasivas
Más bien las olas paradas en el lomo del cielo como un canto de estrella de cien pies
El perfume admirable sin anochecer en las astas de la ciudad otras veces en los rieles tibios de mis dedos
Hacia el viento y su sombrero de hojas al lado de las nubes humedeciendo tu estatura viva de abeja en el cielo.

Poeta negro



Poeta negro, un seno de doncella
te obsesiona
poeta amargo, la vida bulle
y la ciudad arde,
y el cielo se resuelve en lluvia,
y tu pluma araña el corazón de la vida.

Selva, selva, hormiguean ojos
en los pináculos multiplicados;
cabellera de tormenta, los poetas
montan sobre caballos, perros.

Los ojos se enfurecen, las lenguas giran
el cielo afluye a las narices
como azul leche nutricia;
estoy pendiente de vuestras bocas
mujeres, duros corazones de vinagre.

Antonin Artaud

De "L'Ombilic des limbes"
Versión de Aldo Pellegrini

Esta noche todo acabará

Esta noche todo acabará
Armémonos de diamantes
Con nuestra vestimenta gris
Invocaremos a los cuervos
Para pintar nuevas creaciones

Los martillos contra sus cráneos
Verdadera ignominia
Para los contentos y buenos
Los creadores del concepto

El sol se muere en el mar
Últimas páginas de problemas
Que el miedo se coma la vista
¡Nihilismo y violencia!

La oscuridad en los cuadros
Que empiece la limpieza
Olvidemos nuestros padres
Sólo acabemos la tempestad

Iglesias ensangrentadas
Silencio entre las calles
Algunas niñas de sauce
Lloran ríos y canales

Esta noche todo acabó
¿Ahora que nos queda?
Crear desde la soledad
Para esperar que amanezca.

Todos cuantos te buscan te tientan...

Todos cuantos te buscan te tientan.
Y quienes te encuentran te atan
al gesto ya la imagen.

Yo en cambio quiero comprenderte
como te comprende la tierra;
con mi madurar
madura tu reino.

No quiero de ti vanidad alguna
que te demuestre.

Sé que el tiempo
no se llama como tú.

No hagas por mí milagros.
Da la razón a tus leyes
que de generación en generación
se tornan más visibles.

Rainer Maria Von Rilke Versión de Adrián Kovacsics

Editorial

Una vez más los silencios se confunden en uno sólo, la condena eterna de querer ser uno en la dualidad, las fantasiosas ideas de querer ser leído, de ser manoseado por manos ajenas, Dios y su Biblia, uno el masoquista y otro el sado..., Como un hijo que no desea volver a su casa (las letras) que el Hado lo condena a latigazos a comunicarse con palabras ya usadas en tantos poemas, la eterna búsqueda de la palabra perdida que con los siglos fue oculta por los hierofantes, por los sacerdotes, los filisteos, diría Nietzsche, nuestro propósito es devolverle al hijo pródigo su arbitrio, que sea capaz de entender que el lenguaje ha sido trasladado hacia los lares arcaicos de la mente, ya nada soporta nuestro peso de humano, somos los seres más horribles e inermes que han pisado la tierra; Los gigantes que todas las civilizaciones han comentado son los primigenios dormidos entre reglón y reglón, aquí debió Serrano buscar las respuestas, esta es la antártica, el poema ártico que puso en práctica Huidobro y lograremos producir el insomnio (Omar Cáceres) y más tarde soñarán que estamos allí , a su lado, leyendo para ustedes, encontrando el tesoro que Stella Díaz Varín quiso hallar, rememoramos a los antiguos, a los nuevos, nuestro siglo es el siglo del fin del siglo (los puntos cardinales de Huidobro), no somos Quebrantahuesos, no buscamos el sentimentalismo, las necesidades primordiales de cada individuo son efímeras, somos más que uno, ellos para nosotros no sirven, nos unimos en el círculo Hermético del EscarniO, latigazos de nuestras mentes para la monotonía, el repetir el vocablo y producir en el hombre la maldita y horripilante igualdad, ningún escritor es igual al lector, el escritor es siempre más que él, duele el decirlo, pero ¿Podrá comprenderme?...esta palabra que buscamos es el verbo creador, el lloriqueo de pájaros carroñeros son para ellos mismos, para nadie más, ¡eso es egoísmo! Y además que me interesa su vida personal y sentimental, como si fuéramos Freudianos.
¡Querido lector, destrúyeme, disecciona, se el Dios (nosotros crearemos como Dios), usad el sadomasoquismo y te seré eternamente agradecido!
Editores

Insomnio junto al alba


Prólogo en “Defensa del Ídolo”

"Estamos en presencia de un verdadero poeta, es decir, no del cantor para los oídos de la carne, sino del cantor para los oídos del espíritu. Estamos en presencia de un descubridor, un descubridor del mundo y de su mundo interno".

Vicente Huidobro
Insomnio junto al alba

En vano imploro al sueño el frescor de sus aguas.
¡Auriga de la noche! (¿Quién llora a los perdidos?).
Vuelva la luna sobre su piel el viento, mientras
que de la sombra emerge la claridad de un trino.

Tambalean las sombras como un carro mortuorio
que desgaja a la ruta el collar de sus piedras;
e inexplicablemente crujen todas las cosas,
flexibles, como un arco palpitante de flechas.

Amor de cien mujeres no bastará a la angustia
que destila en mi sangre su ardoroso zumbido;
y si de hallar hubiera sostén a esa esperanza,
piadosa me sería la voz de un precipicio.

Volcó la luna sobre su piel el viento. Suave
fulguración de nieve resbala en los balcones;
y al suplicarle al sueño me aniquile, los pájaros
dispersan un manojo de luz en sus acordes.

en Defensa del ídolo, 1934


Omar Cáceres: Poeta Chileno (1904-1943), autor de un único libro “Defensa del Ídolo” Imprenta Norma, Santiago de Chile 1934, (prólogo de Vicente Huidobro)