Alguien deja caer un loco sobre la superficie del mar y éste se va
desmembrando hacia el fondo, construyendo raíces, y cada loco se va por su
raíz, hasta el fondo. Un túnel de aire y vacío que nace desde la superficie del
mar con forma de gota derramada hacia el fondo, donde el loco se va derramando
–plomos azules grises, blancos– sonido gigante de trombón rasposo y prolongado,
como de bocina de barco y colocación de subtítulos relatando, y cada vez que
relatan hay un silencio, mientras no relatan, hay trombón –hasta reposar muy
lento en la bolsa de la gota y descansar muerto– (se análoga con la bolsa de
azote, pero se parte desde una bolsa amniótica de aire, que corta el mar hacia
el fondo) la caída de aire es la raíz del mar, el recorrido de la vida de un
loco está simbolizado en la forma de la raíz, y esa raíz tiene muchas puntas
(muchos locos en su recorrido) finalmente su destino es reposar en el final de
la raíz o la bolsa, y en algún momento hay un cambio de dimensión y la figura
de la raíz del mar se transforma en bolsa de azote. En la superficie el aire
eleva un conchal que flota en el aire levitado por los gritos del oleaje y
sobre el mar y también levitado por el dolor de la invasión. Entre el conchal
(flor de la situación y madre) y el molusco de abajo (raíz) hay una conexión,
un llamado, el conchal llama al aroma de abajo para manar esa sensación de
invasión. Los locos de abajo en la punta de las raíces se ahogan por no poder
entrar al agua y haberse llenado de aire y luz, se retuercen y danzan de dolor
y locura –sonidos de conchas chocando su parte lisa (sonido desagradable)– la
escena es contradictoria se trata de un árbol que asfixia con el aire y con la
luz a su energía, los locos. Un hombre
camina sobre la playa enrojecida, humanizada y lo hace en una línea horizontal,
sobre el horizonte de tarde y mirando hacia el fondo del mar, hacia la raíz.
Puñado de locos juntos y sonando las babas de sal; primer plano. Ascenso de
forma dura y pétrea que sale desde el agua hacia la playa y que se ordena
verticalmente sobre la playa. Locos alineados sobre la playa emulando el
recorrido desde la roca hacia la superficie… en la superficie hay una luz, que
se asemeja al sol. Los montones de locos dentro de la oscuridad de la bolsa (se
oyen murmullos humanos) suben al bote y van a la playa, cae sobre la arena, hay
un silencio. Atado a cuerda –colgando– mojada y un mariscador que tapa sus
oídos, afligido por algo extraño.
Aruma ye