domingo, 27 de mayo de 2012

Cordura


Cordura, no me abandones  ahora, hoy no me apetece  flotar entre nubes,  Ni  quiero ser juguete   constante del miedo a despertar  y respirar  colores. Hoy no bebí  el café de la mañana, me sabía  a concreto. Los  pájaros en el marco  de la ventana me taladraron  las orejas. Este disfraz de piel ya no me permite esconderme. Espero  fugarme por el drenaje .Partiré en busca de la  luz proyectada al  interior de  mis fosas nasales. No quiero sentir  esos enormes grillos que raspan con su patas la punta de mi lengua. Por favor, No te rías, No seas  infame. Te suplico que no me dejes mirando por la fisura en la madera de la puerta.  Pues  ya no quiero volver  ahí, a la humedad, al goteo, a la angustia que genera el  pensar que el cielo  es el lavabo. No pretendo que la dolorosa luz  me sorprenda aferrada  a mis viejas sabanas. Imploro  que no me dejes  aquí,    intentado encontrarte en el espejo roto. ¿Es que no ves que  ya no quiero dialogar con el lápiz labial? Por favor, no permitas que le haga   al amor al papel  tapiz, ni que el piso me bese la espalda. Temo salir en tu búsqueda,  y extraviarme entre  botellas vacías o, en el intento de fumarte, descubrir  que te has marchado junto con el  humo muerto. No  me  impongas  al  olvido como   único compañero. Bien sabes que el silencio  pesa mucho más cuando  uno mismo es  ausencia. Hoy, le  temo  a la  ira que  habita  en  esas pausas, entre  la respiración. Por favor, que ya  voy sintiendo  como  mis párpados  se  secan. Y es que hoy estoy hecha de meros artificios.  Hoy  soy  muro. Hoy Soy  umbral. Te suplico  cordura,  que esta noche No  dejes  con esa otra yo. Esa, la que espera el momento oportuno para inhalarme a través de la pared.   

 Denisse J. Sánchez Erosa