miércoles, 29 de diciembre de 2010

¡Oh capitán, mi capitán!...

¡Oh Capitán, mi Capitán!
Terminó nuestro espantoso viaje,
El navío ha salvado todos los escollos,
Hemos ganado el codiciado premio,
Ya llegamos a puerto, ya oigo las campanas, ya el
pueblo acude gozoso,
Los ojos siguen la firme quilla del navío resuelto y audaz,
Mas ¡oh corazón, corazón, corazón!
¡Oh rojas gotas sangrantes!
Mirad, mi Capitán en la cubierta
Yace muerto y frío.
¡Oh Capitán, mi Capitán!
Levántate y escucha las campanas,
Levántate, para ti flamea la bandera,
para ti suena el clarín,
Para ti los ramilletes y guirnaldas engalanadas,
para tí la multitud se agolpa en la playa,
A tí llama la gente del pueblo,
a tí vuelven sus rostros anhelantes,
¡Oh Capitán, padre querido!
¡Que tu cabeza descanse en mi brazo!
Esto es sólo un sueño: en la cubierta
Yaces muerto y frío.
Mi Capitán no responde,
sus labios están pálidos e inmóviles,
Mi padre no siente mi brazo, no tiene pulso, ni voluntad,
El navío ha anclado sano y salvo;
Nuestro viaje, acabado y concluido,
Del horrible viaje el navío victorioso llega con su trofeo,
¡Exultad, Oh playas, y sonad, Oh campanas!
Más yo con pasos fúnebres,
Recorreré la cubierta donde mi Capitán
Yace muerto y frío.

Walt Whitman