Despierto en la calle,
bailando.
No se hacia donde voy,
pero si continúo lo sabré.
El corazón se me sale, me
lo saco para que no me estorbe y sigo el ritmo.
En una esquina, ojos
llenos de lascivia me miran, me acerco, nos juntamos, sexo, sexo, y lo mismo.
Un cigarro, un trago, un
cigarro, un trago, aspiro, me inyecto, un trago, me lo trago, aspiro.
¡¡Mastúrbame sociedad,
mastúrbame!!
La masa palpitante baila,
se desgarran entre ellos, solos, uno a uno.
¡Acto de caníbales! Se
escucha por ahí y un ¡Aleluya! nace desde un rincón oscuro.
El alma se quiere ir,
sugiriéndome que haga lo mismo.
Un breve momento de
lucidez me hace correr.
-Disculpe señora ¿sabe
donde esta la salida?
Y frente a frente, me
sumerjo en el mar carnal ahogándome, paso a paso.
Un suicidio de cinco años.
Suicidio al final.
Alexia Molinare