miércoles, 14 de diciembre de 2011

Tríptico a Stéphane Mallarmé


I
Tu dura gracia tu sombra con su constelación
Y allí bajo el árbol de atmósfera nocturna
Escapada celeste
Brillando cantando subiendo latiendo
Sin posible olvido o negligencia de fuego
Gracia de la gracia y fuerza de la fuerza
Sideral como las altas leyes
Como el acaso preparada por el alma
Y el naufragio deseado en la amargura

Todo verso implica su destino
La ausencia lo ignora o no lo tiene
Pero el árbol vacío y la ola vacía
Es la sombra de su propio fantasma de infinito

Toda idea lleva un azar
Que la gracia no tuerce y no salva
Ni los bríos perdurables desorienta
Vuela la hoja al horizonte
O cae o sube de su yo a otros elementos
Tiene su viento sus abismos sus cumbres enardecidas
Hace selvas o ríos
Distancias y estrellas evidentes
Impone su tiempo y sus ruidos
También la muerte bajo su vértigo

Arrecife batido de relámpagos
¿Es el mar enemigo del cielo
O es el cielo que se defiende de los astros?
Cometas de pura alma en el viento
Qué signo queréis incorporarnos
Distancias desesperadas
Qué vais a realizar en mi pecho sumergido

Silencio del silencio
Marca del heroísmo sobre el tiempo obsesionado


 II
Yo conozco el vacío y conozco la nada
También conozco el absoluto
Y su acento especial
Mas cabe siempre preguntar al infinito persistente
Si la razón es ruido de locura
O la locura ruido de razón

Están abiertas las ventanas como extremos el mundo
Y yo soy el naufragio en el misterio
Soy tierra hacia el espacio
Como náufrago al menos toco la realidad
Mi espíritu se hace materia y aventura de la luz
¡Soy náufrago! ¡Soy náufrago!

El acto me construye
Ya puedo cerrar las puertas y los grandes extremos
Y hundirme en mi palabra
Soy tierra inmemorial y realizándose lenta
En su segura entraña sorpresiva
Soy la sonrisa abierta sobre los destinos
Y la tumba que va hacerme materia
Como raíz de eternidad o tema de los hombres
Canto de ausencia de mí mismo
Explorador de la célebre noche

Y si fuera verdad que lo finito termina en infinito
O por lo menos por lo menos
Que siguiera en sonido por las sombras suavizadas
O por lo menos por lo menos
Que se nos deje continuar en una vaga ondulación
O por lo menos por lo menos
Nada nada

Detención en la marcha
El futuro madura se hace pesado y cae de la rama
Horrible explorador
Explorador de ambiguas sombras
Entre medidas sin medida y tinieblas suspensas
Canto de lo que fue cayendo mundo a mundo
Por los astros perdidos
Estando sin contacto de armonías ni plumaje
Todo lo que me espera de la vida

Un momento esperad un momento
No hay astros en la prueba
No hay selvas ni montañas en esta aventura
Un momento entre tantos ojos olvidados
Voy a leer mis últimas palabras a la noche
Voy a leer la profecía de mis células que te saludan por todos lados
Voy a leerme el infinito


III
Al fondo de las cosas mi espíritu solloza
Se debate en las olas y afirma su presencia
Junto a las últimas raíces escapo a mis fantasmas
Y empiezo a ser hondo como todas las lágrimas del mundo

Traductor de los astros
En un cambio recíproco de alturas
Infinidad desesperante del espacio
Y acaso
Recuerdo de ser hombre en el no ser
Y también
Pensar en no ser cuando se es y se toca nuestras sombras
Estoy siendo una vida más grande que la muerte
Mi presente va haciéndose pasado como una costumbre del tiempo que ya no lucha más
Voy por mi fantasma en mi quimera
Amoblando de mí el aire amargo
Soy unos cuantos minutos sorprendidos y hechos propios
Soy unos años para que el sueño sueñe
Y los gestos tengan manos
Y los sonidos garganta cálida

El hombre va a expirar en sí mismo
Frente a su eternidad creada en múltiples imágenes
Extinguiendo sus olas en sus olas
Sin más ruido de paso ni de luz
El árbol muere en el árbol
Bajo su pasado y sus rumores
Huésped fue de sus cantos
Y nosotros fuimos visitante y huésped
Preparando las alas y midiendo nuestro peso

Si la punta del árbol fuera la puerta del sepulcro
Con sus huracanes al borde de la eternidad
Sus grandes tempestades detrás de los batientes
Pero cómo cómo creerlo

La cerradura de la bruma
No hace entrega del secreto ni se rinde nunca
Y el sueño es tan pesado
Hay tanto indicio en el viento
Tanta fatiga en la semilla de las mañanas
Mas la ilusión de mi sombra se insinúa en su vuelo

Soy el sepulcro hinchado de mis horas
Soy el siempre y el nunca
Poeta desde el fondo de tu naufragio
Saludaré tu naufragio poeta
Y leeré a los tiempos de tu poema

Tu gran poema con un borde de fuego arrepentido
Tus secretos siguen su destino
Maestro del abismo y de las naves olvidadas
Oye el saludo del horizonte al horizonte

Es la muerte que se hace más grande que la vida
Al llevarse a un hombre de tan hondo universo

Vicente Huidobro
de El Ciudadano del Olvido