sábado, 19 de febrero de 2011

Febrero 1932 (Fragmento de Henry y June)

Louveciennes. Regresé a un amante suave y ardoroso. Llevo conmigo encima preciosas y gruesas cartas de Henry. Avalanchas. He clavado en la pared de mi estudio los dos grandes pliegos de palabras de Henry, escogidos, y un mapa panorámico de su vida, destinado a una novela aún no escrita. Cubriré las paredes de pa­labras. Será la chambre des mots (la habitación de las palabras).
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Su nombre verdadero era Heinrich, lo prefiero. Es alemán. A mí me parece eslavo, pero tiene el sentimentalismo y el romanticismo alemán para con las mujeres. El sexo para él es amor. Su mórbida imaginación es alemana. Ama la fealdad. No le molesta el olor a orina ni a col. Le encantan las palabras soeces, el argot, las prosti­tutas, los barrios bajos, la suciedad y la dureza.
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Las cartas de Henry me producen una sensación de plenitud que pocas veces alcanzo. Siento un gran placer en contestarlas, pero su volumen me agobia. Apenas acabo de contestar una ya me ha es­crito otra. Comentarios sobre Proust, descripciones, estados de áni­mo, su propia vida, su infatigable sexualidad, su inmediata entrada en acción. Demasiada acción para mi mente. Sin digerir. No es de extrañar que Proust lo maraville. No es de extrañar que yo observe su vida y me dé cuenta de que la mía nunca se parecerá a la de él, porque la mía la retiene el pensamiento.
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Esta noche estoy contentísima porque Henry se encuentra aquí de nuevo. La impresión es la misma de siempre: uno se siente im­buido del peso y el vigor de su obra, y entonces se acerca a ti con esa suavidad: voz suave, que se apaga, gestos suaves, manos blancas, finas y suaves y uno se rinde a su infatigable curiosidad y a su romanticismo para con las mujeres–.
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Me siento atrapada entre la belleza de June y el genio de Henry. De manera distinta, me entrego a los dos, una parte de mí para cada uno. Pero amo a June con locura, fuera de toda razón. Henry me da vida. June me da muerte. He de escoger y no puedo. Ofrecer a Henry todos los sentimientos que he experimentado respecto a June es exactamente como entregarme a él en cuerpo y alma.
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 Anaïs Nin