sábado, 20 de noviembre de 2010

A una joven italiana

Aquel mes de febrero tiritaba en su albura
De la escarcha y la nieve; azotaba la lluvia
Con sus rachas el ángulo de los negros tejados;
Tú decías: ¡Dios mío! ¿Cuándo voy a poder
Encontrar en los bosques las violetas que quiero?

Nuestro cielo es llorón , en las tierras de Francia
La estación es friolera como si aún fuera invierno.
Y se sienta a la lumbre; París vive entre fango
Cuando en tan bellos meses ya Florencia desgrana
Sus tesoros que adorna un esmalte de hierba.

Mira, el árbol negruzco su esqueleto perfila;
Se engaño tu alma cálida con su dulce calor;
No hay violetas excepto en tus ojos azules,
Y no hay más primavera que tu rostro encendido.

Théophile Gautier