martes, 13 de julio de 2010

Editorial EscarniO N°7

El primer paso es querer ver, mirar con otros ojos el mar taciturno que nos ahoga, junto al fantasma de la pregunta sumergida. La realidad cambia constantemente,  como las olas del mar (Jodorowsky) y no podemos ser espectadores de la misma pintura, que siempre nos seduce con tanta belleza, pero esa fascinación a los mismos cuadros es el pintor de las heridas morales o las modas sucias. Si, reconocemos que nuestra raza produce tantas atrocidades, pero no podemos ser las lenguas del desastre, nuestro objetivo es ser la boca que susurra una melodía, sobre la rueda, en donde el animal amarillo escucha con otros oídos los diferentes cambios de los rostros, de los ojos.
Es pensar que todo tiene una quinta estación, lleno de mares bajo la tierra y sobre el cielo.