Prefiero caminar por el lado opuesto al de las sombras
donde
ningún árbol proyecte el tamaño de mis insomnios perdidos.
Dispongo
de un basurero y veinte dedos para tratar de prolongarme
a
veces mis palabras impiden ajustar el orden correcto de mi muerte.
Miré
el sol despuntando los brazos con la respuesta vulgar de mi infancia.
Ya
sé que los gatos planean algo a lo largo de la calle,
enroscados
con la cola en la frente, fingen un sopor demasiado profundo.
Camaradas
reales buscábamos ayer
buscábamos
una flor para cuando el suelo nos cubriese
nada
más justo que su llanto al vernos partir
amamos
con el fin de estrujar algo de consuelo
No
tiene sentido amarrarnos un día cualquier hora y jurarnos
La
soledad me llama desde la noche a acabar con todo
sólo
soy yo, mis miedos y un par de frases malhechas
Para
ganar amistad verdadera, por lo menos un enemigo en común.
Tengo
los ojos fijos en la pared, sin apartar la pared de mis recuerdos
y
me pregunto si vale la pena sentarnos frente a frente a la mesa
nuestra
sangre me obliga a retratar otro año cargado de carne
la
conversación más insípida torna mis recuerdos en pared para los perros.
La
familia es un saco de pasión deshilachada
multiplicarnos
es destino cuando la unicidad es un fraude.
Cuántas
veces escribí para suprimir el hogar de lleno
cuántas
veces morí sin antes haber matado.
Llorarán
por mí un día y quedaré desnuda frente del olvido
el
resto de sus días se encargarán de borrarme.
Culpemos
la nada antes que la conciencia nos pese
Nuestro
vínculo terrenal es un espejismo de ancestral fuego
no
cavemos sepultura ajena quién sabe quien cae primero
la
última gota que cuelga de la rama está por derramarse.
Confundo
la realidad con lejanas voces amarillas
soy
amiga de los insectos, roedora de mesas ligeras
Soy
tu amiga por tres cartas y una copa de vino.
Porque
tú, porque nadie porque ellos
en
mis venas albergo lo que el desprecio tienta.
Mira
la catedral que el abuelo nos dejó, mira el paisaje
es
tu turno ahora de llenarlo de porquería
hay
menos cosas que decirte que lo que aguardan las horas
que
acaso alcancen mis huesos para heredarte viejos olvidos.
Suelo
reírme de los novios viandantes
los
que aman…antes que todo exponen sus anillados dominios
cada
quien vende su libertad por el tacto salvaje
llevan
cadenas también los que guardan mariposas bajo el ombligo
Quedaría
el tiempo luego de besarse bajo la almohada
qué
tan libre es el adiós cuando al fin se entrelazan las manos
el
hombre busca perpetuarse en el criadero del viento
por
elección ser un sufridor de predichas eternidades
Podría
llenarme la vida de amigos radiantes
podría
tomarme un café ahora mismo,
sentarnos
con las piernas cruzadas y las manos en los bolsillos
hablarte
de reseñas sin profanar el asombro en tus ojos
todo
está bien mientras todos nos vean reír
mientras
nadie nos mire una voz en off resuena en el recinto
traigo
historias verdaderas quizás también te interese.
Así
que para qué volcarnos en asuntos deseada existencia.
Quedaré
contenta cuando todos se hayan ido
Crearé
las huellas que quisiste fabricar algún día
aquellas
caligrafías que procuraste redactar para quedarte
ya
ves que te llevaste solo escombros contigo,
qué
fácilmente es olvidar cuando nada se espera
Adiós
gente que creí ser mía, adiós enemigos sinceros,
adiós
preguntas suicidas,
adiós,
adiós amigos, adiós amigos hijos de puta.
Son
los silencios de una chica inclinada en la ventana.
Sharon Valerdi