domingo, 27 de mayo de 2012

Cajas de cartón


Prefiero caminar por el lado opuesto al de las sombras
donde ningún árbol proyecte el tamaño de mis insomnios perdidos.
Dispongo de un basurero y veinte dedos para tratar de prolongarme
a veces mis palabras impiden ajustar el orden correcto de mi muerte.
Miré el sol despuntando los brazos con la respuesta vulgar de mi infancia.
Ya sé que los gatos planean algo a lo largo de la calle,
enroscados con la cola en la frente, fingen un sopor demasiado profundo.

Camaradas reales buscábamos ayer
buscábamos una flor para cuando el suelo nos cubriese
nada más justo que su llanto al vernos partir
amamos con el fin de estrujar algo de consuelo
No tiene sentido amarrarnos un día cualquier hora y jurarnos
La soledad me llama desde la noche a acabar con todo
sólo soy yo, mis miedos y un par de frases malhechas
Para ganar amistad verdadera, por lo menos un enemigo en común.

Tengo los ojos fijos en la pared, sin apartar la pared de mis recuerdos
y me pregunto si vale la pena sentarnos frente a frente a la mesa
nuestra sangre me obliga a retratar otro año cargado de carne
la conversación más insípida torna mis recuerdos en pared para los perros.
La familia es un saco de pasión deshilachada
multiplicarnos es destino cuando la unicidad es un fraude.
Cuántas veces escribí para suprimir el hogar de lleno
cuántas veces morí sin antes haber matado.
Llorarán por mí un día y quedaré desnuda frente del olvido
el resto de sus días se encargarán de borrarme.
Culpemos la nada antes que la conciencia nos pese
Nuestro vínculo terrenal es un espejismo de ancestral fuego
no cavemos sepultura ajena quién sabe quien cae primero
la última gota que cuelga de la rama está por derramarse.

Confundo la realidad con lejanas voces amarillas
soy amiga de los insectos, roedora de mesas ligeras 
Soy tu amiga por tres cartas y una copa de vino.
Porque tú, porque nadie porque ellos
en mis venas albergo lo que el desprecio tienta.

Mira la catedral que el abuelo nos dejó, mira el paisaje
es tu turno ahora de llenarlo de porquería
hay menos cosas que decirte que lo que aguardan las horas
que acaso alcancen mis huesos para heredarte viejos olvidos.

Suelo reírme de los novios viandantes
los que aman…antes que todo exponen sus anillados dominios
cada quien vende su libertad por el tacto salvaje
llevan cadenas también los que guardan mariposas bajo el ombligo
Quedaría el tiempo luego de besarse bajo la almohada
qué tan libre es el adiós cuando al fin se entrelazan las manos
el hombre busca perpetuarse en el criadero del viento
por elección ser un sufridor de predichas eternidades

Podría llenarme la vida de amigos radiantes
podría tomarme un café ahora mismo,
sentarnos con las piernas cruzadas y las manos en los bolsillos
hablarte de reseñas sin profanar el asombro en tus ojos
todo está bien mientras todos nos vean reír
mientras nadie nos mire una voz en off resuena en el recinto
traigo historias verdaderas quizás también te interese.
Así que para qué volcarnos en asuntos deseada existencia.
Quedaré contenta cuando todos se hayan ido

Crearé las huellas que quisiste fabricar algún día
aquellas caligrafías que procuraste redactar para quedarte
ya ves que te llevaste solo escombros contigo,
qué fácilmente es olvidar cuando nada se espera
Adiós gente que creí ser mía, adiós enemigos sinceros,
adiós preguntas suicidas,
adiós, adiós amigos, adiós amigos hijos de puta.

Son los silencios de una chica inclinada en la ventana.

Sharon Valerdi