miércoles, 3 de agosto de 2011

un poema desagradable

             siguen escribiendo
bombeando poemas –
jóvenes y profesores universitarios
esposas que beben vino toda la tarde
mientras sus maridos trabajan,
siguen escribiendo
los mismos nombres las mismas revistas
todos escribiendo un poco peor cada año,
sacando una recopilación de poesías
y bombeando más poemas
es como un concurso
es un concurso
pero el premio es invisible.

no escribirán relatos ni artículos
ni novelas
sólo siguen
bombeando poemas
cada cual sonando más y más parecido a los otros
y menos y menos a sí mismos,
y algunos de los jóvenes se cansan y abandonan
pero los profesores nunca abandonan
y las esposas que beben vino por las tardes
nunca jamás abandonan
y llegan nuevos jóvenes con nuevas revistas
y hay algo de correspondencia entre poetas hombre o mujeres
y algunos polvos
y todo es exagerado y tedioso.

cuando les devuelven los poemas
los pasan a máquina de nuevo
y los mandan a la siguiente revista del directorio,
y dan recitales
todos los recitales que pueden
gratis la mayoría de las veces
esperando que alguien por fin comprenda
por fin los aplauda
por fin los felicite y reconozca su
talento
están todos tan seguros de su genio
dudan tan poco de sí mismos,
y la mayoría vive en North Beach o Nueva York,
y sus caras son como sus poemas:
parecidas,
y se conocen entre ellos y
se juntan y odian y admiran y eligen y descartan
y siguen bombeando más poemas
más poemas
más poemas
el concurso de los pelmazos:

tac tac tac, tac tac, tac tac tac, tac tac…

De El amor es un perro del infierno
Charles Bukowski