viernes, 11 de marzo de 2011

Prosa del transiberiano y de la pequeña Jeanne de Francia (fragmento)


         “Dime, Blaise, ¿estamos muy lejos de Montmartre?”
           Otra vez... déjame en paz... déjame tranquilo
Tienes las caderas angulosas
Tu vientre es agrio y padeces de sífilis
Eso es todo cuanto París ha puesto bajo tus faldas
También ha puesto un poco de espíritu... por eso eres desgraciada
Te compadezco te compadezco ven a mí ven a mi corazón
Las ruedas son los molinos de viento del país de Jauja
Y los molinos de viento son las muletas que un mendigo hace girar
Somos aquellos a quienes han amputado el espacio
Caminamos sobre nuestras cuatro heridas
Nos han cortado las alas
Las alas de nuestros siete pecados
Y todos los trenes son los juguetes del demonio
Un corral
El mundo moderno
La velocidad no puede remediarlo
El mundo moderno
Los horizontes están demasiado lejos
Y al cabo del viaje es terrible ser un hombre con una mujer...

“Blaise, dime, ¿estamos muy lejos de Montmartre?”

Te compadezco te compadezco ven a mí voy a contarte una historia
Ven a mi cama
Ven a mi corazón
Voy a contarte una historia...
¡Ven! ¡Ven!

Blaise Cendrars