martes, 25 de enero de 2011

Vibración


Hay un viento que tortura a los murciélagos
y están las plantas chamuscadas de los soles muertos
la ciudad hilada con el mar
donde los abismos de pterodáctilo me llaman
hay una espiral de terror animando mi mente
y el zumbido del esqueleto de la soledad
donde florecen cadáveres furiosos en una botella
y armas rojas se desvanecen en espejo.

Miro hacia atrás por la hoja de mi doble
allí vuela –a través de su vista– El Ahorcado
donde una pirámide de agua se asoma entre las oscuras
vituallas de la vida interior.

Philip Lamantia