CON LAS MANOS PARLANTES ELLA ME TRANSMITE EL
PRIMER VAGIDO DE LA TINIEBLA HENDIDA
Ella sólo es posible por sus fuertes latidos
Me pasa unos vasos preciosos
Porque ha de lavar mi Sangre
Juntar lo nacarado para los hombres venideros
¿cuál es la esfera del Sol que hemos de legar
A fin de que salga hierba y tonos y sonidos?
Ella masca un hueso de pájaro Ella
Pía sordamente
Con dolores de parto arrodíllase sobre una Losa
De Campanas
¡Oh sanaré sí sanaré penetrando con esta
Muerte ahora irrevocable la Avenida de los
Flameantes Sudarios
Sanaré nadando en el rocío matinal abrazado a
Un gallo que pisa gallinas incendiadas
Sécase mi Cuerpo en mi Alma mi Tercer
Nacimiento sécase
Y todas las contingencias y los ardores de un
Amor tan lívido
Como un Buzo escoltado por lustrosos peces
¿Adónde? En lo más hondo de un Mar que pulsa
Cuerdas órficas viene una Memoria
Sin reminiscencia alguna
TUS PLATOS SON HONDÍSIMOS ¡MADRE! Y GIRAN
EN LA PUNTA DE VARILLAS DE ACERO
Una cucharada de arroz cocido
Ha de repartirse justamente
Pero divinizo una profundidad mayor
Sigue hilvanándose con puntadas
Me han puesto una Mascarilla
Como el Vaciado de Alguien con quien estuve soñando
Me atribula
Coincidir en la Secreta Semejanza
Coman y beben a de mi Oído mientras yo clavo en
El Libro Horóscopo plumajes de mi corazón contrito
En la Capilla Sixtina viene el desgarramiento de
Los Ecos de mi Boca pende muerta una Crisálida
Tiemblo en la semejanza Pura
Porque me han acorralado y obstruido
Si permaneces sellada la VOX es tu
Abrevadero el Canto anegado
Tienen un resplandor más fuerte
Tal vez sea un Mandato una Dádiva una
Misericordia
Un Gran silencio infunde con su
Hálito de Piedra el Grito inexorable
Una niña hunde gatos azules en el Lago que se va
Evaporando
Humberto Díaz Casanueva
Del libro Vox tatuada